"Muchos lo venían diciendo en voz baja. Pero hoy alguien lo ha denunciado alto y claro. El presidente de la Comisión de Salud del Consejo de Europa, el alemán Wolfgang Wodarg, ha acusado al lobby de los laboratorios farmacéuticos de organizar la psicosis de la gripe A.
Este caballero, médico, epidemiólogo y antiguo miembro del SPD, (el Partido Socialista Alemán), ofrece unas extensas declaraciones al diario francés "L'humanité". En ellas atribuye a la organización mundial de la salud la responsabilidad de la ola de histeria.
Afirma que en ese organismo hay mucha gente vinculada de forma muy estrecha con la industria farmacéutica, que el pánico que recorrió el mundo no fue espontáneo sino planificado y que no había nada en esta gripe que justificara tal alarma.
Es especialmente interesante la aportación que el doctor Wodarg hace sobre la declaración de pandemia. Hasta el pasado mes de mayo de 2009, para que se declarara una pandemia era preciso que un virus se extendiera con rapidez, pero también que el número de casos mortales estuviera siendo muy superior a las medias estacionales.
Desde ese mayo de dos mil nueve, la definición se cambió. Ya no se aludía a la mortalidad.
Bastaba con que estuviera apareciendo en distintos países. Así pues, la pandemia quedaba definida por la propagación, no por la gravedad.
Un par de meses después de este cambio de definición, en junio del dos mil nueve, se anunciaba oficialmente la pandemia de la gripe A. Los laboratorios se lanzaron a fabricar la nueva vacuna y los gobiernos, hábilmente pastoreados por los intereses de esos lobbyes, hicieron lo que les correspondía hacer: comprar millones de unidades.
Hoy sabemos que la gripe A ha producido la décima parte de casos mortales que una gripe estacional y tenemos millones de dosis con las que no sabemos qué hacer, y que intentamos colocar -quien sabe con qué argumentos- en los países subdesarrollados. Antes de que acabe este mes, el Consejo de Europa abrirá una investigación sobre el papel de los lobbyes y los gobiernos en este negocio: el negocio más repugnante, el negocio del miedo."
Este caballero, médico, epidemiólogo y antiguo miembro del SPD, (el Partido Socialista Alemán), ofrece unas extensas declaraciones al diario francés "L'humanité". En ellas atribuye a la organización mundial de la salud la responsabilidad de la ola de histeria.
Afirma que en ese organismo hay mucha gente vinculada de forma muy estrecha con la industria farmacéutica, que el pánico que recorrió el mundo no fue espontáneo sino planificado y que no había nada en esta gripe que justificara tal alarma.
Es especialmente interesante la aportación que el doctor Wodarg hace sobre la declaración de pandemia. Hasta el pasado mes de mayo de 2009, para que se declarara una pandemia era preciso que un virus se extendiera con rapidez, pero también que el número de casos mortales estuviera siendo muy superior a las medias estacionales.
Desde ese mayo de dos mil nueve, la definición se cambió. Ya no se aludía a la mortalidad.
Bastaba con que estuviera apareciendo en distintos países. Así pues, la pandemia quedaba definida por la propagación, no por la gravedad.
Un par de meses después de este cambio de definición, en junio del dos mil nueve, se anunciaba oficialmente la pandemia de la gripe A. Los laboratorios se lanzaron a fabricar la nueva vacuna y los gobiernos, hábilmente pastoreados por los intereses de esos lobbyes, hicieron lo que les correspondía hacer: comprar millones de unidades.
Hoy sabemos que la gripe A ha producido la décima parte de casos mortales que una gripe estacional y tenemos millones de dosis con las que no sabemos qué hacer, y que intentamos colocar -quien sabe con qué argumentos- en los países subdesarrollados. Antes de que acabe este mes, el Consejo de Europa abrirá una investigación sobre el papel de los lobbyes y los gobiernos en este negocio: el negocio más repugnante, el negocio del miedo."
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